viernes, 1 de octubre de 2010

el agua

TEMAS:
*IMPORTANCIA DEL AGUA EN EL SER HUMANO
*EL AGUA RECURSO VITAL
*FUENTE DE AGUA DULCE
*CONTAMINACION DEL AGUA
*LA GRAN IMPORTANCIA DEL AGUA
*COMO EL AGUA ES UN BIEN CADA VEZ MÁS ESCASO, HAY QUE REDUCIR LA DEMANDA Y EL DESPILFARRO. PERO ¿CÓMO?
*MANERAS BASICAS DE CUIDAR EL AGUA
*TODOS A CUIDAR EL AGUA
*COLONIAS MAS AFECTADAS
*RECOMENDACIONES


IMPORTANCIA DEL AGUA PARA LOS SERES VIVOS
¿Qué propiedades del agua hacen de ésta un componente esencial para la vida?
son las propiedades físicas y químicas del agua las que han permitido a los seres vivos aparecer, sobrevivir y evolucionar en este planeta, ya que el agua por ejemplo debido a su propiedad como solvente y a la tendencia de los átomos de ciertos compuestos de formar iones cuando están en solución desempeña un importante papel en todas las reacciones químicas, incluyendo las que se realizan al interior de los seres vivos en sus funciones metabólicas. El agua es la fuente a través del metabolismo de las plantas, del oxígeno, del aire. Sus átomos de hidrógenos se incorporan a los compuestos orgánicos presentes en las articulaciones de los huesos y estabilizadora de la temperatura ambiental y corporal.
La historia de los pueblos ha estado ligada al agua. Los pueblos, ciudades, imperios se han levantado en lugares donde abunda el agua. Generalmente las ciudades más grandes y con mayor comercio, economía y habitantes se desarrollan cerca de los grandes cuerpos de agua
EL AGUA RECURSO VITAL
El agua es necesaria para los seres vivos, sin ella nuestro planeta no tendría vida. Para nosotros es muy importante, constituye el 70% de nuestro cuerpo y la utilizamos todos los días, durante toda nuestra vida.

A pesar de que podemos vivir con sólo 5 litros o menos de agua al día, generalmente necesitamos mucha más agua para conservarnos saludables, unos 50 litros o más para satisfacer las necesidades personales y del hogar. Pero en los países desarrollados se gasta mucho más: un promedio de 400 a 500 litros por persona diariamente, cantidades que en muchas ocasiones no es exagerado calificarlas como un lujo que nos resulta caro.

Si bien todos los seres vivos dependen del agua, unos la necesitan más que otros. En los ríos, lagos y humedales existe una gran diversidad de seres vivos que solo pueden encontrase allí donde abunda el agua. Muchas de estas especies tienen importancia económica, bien a través de la pesca o bien por otros muchos y variados usos, como la artesanía realizada con mimbre o con boga. De la corteza de los sauces, árboles característicos de las riberas, se ha obtenido desde antiguo una sustancia, la salicina, que es el origen natural de la ‘aspirina’. Aún hoy muchas de las utilidades del río están por descubrir, especialmente en lo que se refiere a los usos medicinales de las algas y de otras plantas.

El agua no sólo es importante para la vida silvestre y el consumo doméstico. La industria, la agricultura, la producción de energía y otras muchas actividades necesitan del agua.
Nuestro planeta es rico en agua, tres cuartas partes de su superficie están cubiertas por ella, pero la mayoría de los seres vivos, incluidas las personas, necesitamos agua dulce y ésta es más escasa. Representa sólo el 1% del agua de nuestro planeta, el resto es salada (96%) o está congelada (3%). Además, el agua dulce no se reparte por igual, hay zonas donde es muy abundante y otras donde es un bien extremadamente escaso. En nuestra zona, como en toda el área mediterránea, la disponibilidad de agua dulce es limitada.

Muchas veces suponemos que, como el agua de la tierra se mueve en ciclo continuo, siempre tendremos la misma cantidad de agua a nuestra disposición. Pero si el hombre continúa contaminándola, destruyendo las cuencas y los bosques protectores, la cantidad de agua dulce disponible va a disminuir. La pérdida será definitiva: el agua, este recurso tan valioso y tan escaso, no podrá servirnos más.
Podemos pensar que nuestras decisiones y actitudes no tienen repercusiones, pero con nuestro comportamiento diario podemos contribuir en gran medida a conservar un recurso tan valioso. En primer lugar debemos ahorrar y para ello nada mejor que acostumbrarnos a cosas sencillas como esperar a tener bastante ropa sucia para poner la lavadora, instalar un mecanismo que permita regular la descarga de la cisterna, limpiar el coche con un cubo en lugar de con la manguera, ducharnos en vez de tomar un baño o enjabonarnos y cepillarnos los dientes con el grifo cerrado. También podemos presionar a las autoridades locales para que tomen medidas como revisar las conducciones de agua para evitar fugas, reducir el uso de agua en la limpieza de calles o hacer campañas de información y concienciación.

 Consumos domésticos de agua

Lavarse el pelo con el grifo abierto:
50 l.
Lavarse el pelo con el grifo cerrado:
35 l.
Lavado a mano:
50 l.
Lavadora:
125 l.
Lavavajillas:
175 l.
Limpiarse los dientes con el grifo abierto:
20 l.
Limpiarse los dientes con el grifo cerrado:
2 l.
Fregar con el grifo abierto:
65 l.
Fregar con el grifo cerrado:
15 l.
Cisterna del water, descarga normal:
10 l.
Cisterna del water, descarga corta:
8 l.
Bañarse:
210 l.
Ducharse:
35 l.
Limpiar el coche:
500
Al mismo tiempo podemos cuidar la calidad de nuestras aguas tanto en sus cursos.
FUENTES DE AGUA DULCE

Las aguas dulces que podemos aprovechar son superficiales, como los ríos y lagos, y subterráneas, conocidas como acuíferos. También se puede recoger el agua de lluvia y almacenarla en los algibes, pero en nuestra zona, aunque se han construido algibes desde tiempos remotos, la lluvia es tan escasa e irregular que su aprovechamiento directo es muy difícil.
El clima mediterráneo es así, en general seco y con las escasas lluvias concentradas en dos periodos: uno principal en otoño y otro en primavera. Además, durante el periodo de otoño suele llover en forma de tormentas, muchas veces generosas en agua pero demasiado rápidas para que se pueda retener y disponer después de ella.
Afortunadamente, la naturaleza nos permite disponer de agua todo el año. Parte de la lluvia queda retenida en los suelos y es liberada después, lentamente, a través de los ríos y acuíferos. Para disponer de agua en los periodos secos hemos de cuidar tanto que el agua sea bien almacenada por el suelo como de la salud de los ríos y acuíferos.

La vegetación cumple un papel fundamental en estos aspectos. Cuando llueve sobre suelos desnudos el agua corre velozmente por su superficie, llena los cauces rápidamente, acrecentando el peligro de inundaciones, y la mayor parte acaba en poco tiempo en el mar. Sin embargo, cuando el suelo está cubierto de vegetación, sean bosques, matorral o prados, el agua es frenada por las propias plantas, que hacen de barreras, dando tiempo a que el suelo absorba buena parte de la lluvia, se empape, y se enriquezcan los acuíferos.
Después debemos cuidar los ríos y los acuíferos, evitando su contaminación y el consumo excesivo de agua, para garantizar que sigamos disponiendo de agua dulce en los periodos secos.

Los ríos son mucho más que simples canales por los que el agua se transporta de un lugar a otro. Son complejos ecosistemas en los que la interacción de los diferentes elementos que los integran conforman un formidable patrimonio natural.
En ocasiones escuchamos que el agua que no se utiliza se ‘pierde en el mar’, cuando el desagüe natural de los ríos tiene una gran importancia tanto para la conservación de ciertos ecosistemas naturales como para muchas actividades humanas. El agua de los ríos en sus desembocaduras contribuye, en muchos casos, a la recarga de los acuíferos subterráneos, mejorando así estas importantes reservas. También influye en el clima, especialmente en el régimen
de precipitaciones. En su discurrir por la tierra, el agua arrastra elementos que después son vitales en la costa. De estos sedimentos depende por ejemplo la conservación de los deltas o la regeneración natural de las playas. El delta del Ebro, con sus extensiones de arrozal y su gran valor para las aves, se está hundiendo. Muchas playas se han de regenerar ahora de forma artificial, con un gran coste económico y ambiental, para mantener su valor turístico o, incluso, evitar que el


mar alcance poblaciones o infraestructuras.






           



CONTAMINACION DEL AGUA
El agua sucia que sale del uso doméstico, de industrias, escuelas y hospitales se vierte en el Río Tula, de ahí pasa al Río Pánuco y finalmente desemboca en el Golfo de México. Es por eso que la contaminación que nosotros generamos afecta directamente a varios estados de la República Mexicana: San Luis Potosí, Hidalgo, Tamaulipas y a las aguas del Golfo de México. De esta manera estamos ensuciando las fuentes de abastecimiento de otras poblaciones ya que contaminamos el líquido con que ellos riegan sus cultivos y, en consecuencia, tanto ellos como nosotros ingerimos a menudo frutas y verduras contaminadas por nuestros propios deshechos.
Cuando los pozos de extracción o los tanques de almacenamiento de agua potable están sucios, las sustancias tóxicas se filtran al subsuelo y poco a poco comienzan a contaminar los mantos acuíferos; de ahí que la calidad del agua se pueda modificar antes de que lleguen a la población para su consumo, aunque la contaminación también puede ser debido al tratamiento deficiente de las plantas potabilizadoras, la contaminación que puede ocurrir en depósitos
domiciliarios (cisternas o tinacos) o la contaminación por metales ocasionados por la corrosión de los sistemas de tuberías de la red de distribución y la domiciliaria.
También los compuestos han alterado la calidad del agua de los mantos acuíferos, pero los más comunes son los solventes industriales, como el benceno y los combustibles como la gasolina y sus derivados. Los contaminantes se pueden clasificar en dos tipos; a) biológicos como las bacterias, los virus y las algas; y b) químicos que pueden ser orgánicos e inorgánicos. En los orgánicos se encuentran los compuestos como los detergentes, solventes y plaguicidas; los inorgánicos como los metales pesados.
Para saber cuando el agua está más contaminada es cuando el nivel de compuestos orgánicos tóxicos llega a concentraciones de varias decenas de microgramos por litro.
En la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, existen 27 plantas de tratamiento de aguas residuales. El objetivo de las 27 plantas es rehabilitar esta agua para reusarlas posteriormente. Solamente el 7% de las aguas residuales totales de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, llegan a las plantas de tratamiento. En el Distrito Federal, el 83% de las aguas de reuso se destinan a la irrigación de áreas verdes y a actividades recreativas, el 10% se utiliza en las industrias, el 5% para el riego agrícola y el 2% para usos comerciales (lavado de autos, etc.). En el Estado de México la mayor parte se reusa en las industrias
Existen zonas del manto acuífero, como la región sureste de la Ciudad, que por sus características naturales presentan mala calidad de agua. Estos problemas podrían aumentar si no se controlan las descargas de contaminantes al suelo, que provocan pérdida de vegetación, y filtración de sustancias nocivas a las corrientes de agua y a los mantos acuíferos).



 

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